El reto de la palabra

Como dice E. Lynch en su ensayo, Dioniso dormido sobre un tigre, el reto de la palabra es la persuasión; pero no sólo para convencer al otro, sino también para aceptar las palabras del otro. Conocer, en relación a la palabra se convierte en un juego de persuasiones y dominios, y ya se sabe, lo que opera respecto a la seducción: entregarse es malo pero resistirse es peor. Si aceptamos la palabra como lugar común estos juegos de persuasión se convierten en la norma de la conducta. Las salidas de la conversación no valen; una retirada no es una victoria a tiempo sino un retroceso. Aquí si hay progreso y es el de jugar a las palabras; consiste en aceptar seguir lo que lo que estas nos mandan.

A menudo sacar de la palabra es una forma de dominio contra otros (por ejemplo, los negros no han tenido palabra en muchos ámbitos), o de defenderse del mandato de estas. La propuesta es seguir las palabras hasta donde llevan. Todos hablan y el resultado funciona para todos.

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